El río Gévora a su paso por La Codosera


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Allí puedes pasear por la orilla, bajo la luz apagada de los árboles. Para ese propósito, hay construidas unas pasarelas con travesaños de madera que recorren parte del río por ambas orillas. Pero si lo prefieres, y yo lo recomiendo, también puedes caminar por su propio cauce medio sumergido en sus frías y cristalinas aguas o, simplemente, nadar en ellas.

El camino de regreso a casa es largo y, en su mayoría, por carreteras estrechas y sinuosas. Por este motivo tuve que abandonar pronto aquel lugar. Todavía el sol azotaba de lleno las alpacas de heno. De ese sueño desperté cuando alcancé la autovía. Me hubiera gustado haber podido contemplar la caída de la tarde y haber sido testigo de ese momento en que el Sr. Corot y sus ninfas se dan cita. El lugar era propicio para ello.

Estudio para granada


Estudio para granada

En la sombra de un objeto siempre está el complementario de su propio color. Esta es una norma general que siempre se cumple en el comportamiento de la luz, lo que también se conoce como síntesis aditiva, y que tenemos que tener siempre en cuenta en el ejercicio de las mezclas de pintura si nuestro objetivo es acercarnos a la realidad. En la síntesis aditiva la mezcla de los tres colores primarios da como resultado el blanco. No ocurre lo mismo en la sustractiva, cuyo resultado es el negro.

Complementarios Magenta y Verde

Son los complementarios los que siempre me han llamado la atención. Parece existir una relación de amor y odio en su interacción. De hecho, un color primario siempre se sitúa en el lado opuesto a su complementario dentro del círculo cromático. Adoptan situaciones antagónicas tales como la noche y el día, el frío y el calor, etc. Si los yuxtaponemos, como podéis ver aquí o en la imagen superior, se origina claramente un conflicto en nuestra propia pupila que empieza a vibrar sin explicación aparente. Pero curiosamente ambos colores no pueden vivir el uno sin el otro pues dentro de los complementarios late la armonía de los tres primarios necesarios para la construcción de todos los colores del universo. Así, por ejemplo, el rojo magenta se opone al verde que a su vez ha sido construido con amarillo y azul. He aquí la triada.

Hojas caídas en días de otoño


Hojas caídas en días de otoño

Estuve pintando con acuarela. Antes de abordar el original, siempre conviene que tengas una hoja blanca a tu lado para probar sobre el terreno si la transparencia e intensidad del color son las que buscas. En lugar de tener una hoja blanca, yo utilicé este calendario. ¿Por qué una hoja blanca? Al igual que los impresionistas expulsaron el "no color" negro de sus paletas; un acuarelista (yo no lo soy), con el manual en la mano, debe hacer lo mismo con el blanco, pues en esta disciplina ese color lo da el propio blanco del papel. Por tanto, el secreto de la acuarela consiste en reservar el papel para las zonas blancas y en ir añadiendo colores desde los tonos más claros y menos intensos a los más oscuros e intensos. Ahora bien, si lo que buscas es la experimentación, también se puede prescindir del manual. A mi personalmente me gusta más esta segunda opción. Así, por ejemplo, para obtener un blanco puedes utilizar otro medio que te ofrezca una pintura más densa y opaca como puede ser el gouache. El fin siempre justifica los medios.