Con esta frase, cuyo autor es anónimo según esta web donde la he encontrado, he querido titular esta entrada, pues le viene que ni pintado. La cuestión es que hace unos días me dispuse a captar con mi cámara la imagen que veis a continuación. Por este lugar suelo pasar todos los días de regreso a casa después del trabajo, y como ya me estaba llamando la atención tanta saturación de rojo, decidí inmortalizarlo con mi cámara.
Entonces, me ocurrió algo que puede ser comprensible para el que haya hecho fotos alguna vez. Un transeúnte se interpuso entre mi objetivo y la escena que quería captar. Hasta aquí todo correcto, esto es algo que suele ocurrir. El caso contrario es que se detenga ipso facto a la espera de que termines de ejecutar tu acción. Pero lo que no podía imaginar, en ningún caso, era encontrarme con la mirada de un individuo clavada en mi objetivo y con una sonrisa de oreja a oreja que se percibe perfectamente, a pesar del desenfoque gaussiano que le he aplicado encima del que, de por sí, ya tenía.
Mi primera reacción fue enviar la foto a la papelera, pero enseguida fue tomando fuerza la idea de utilizarla para el ejercicio de la ilustración, que tanto me gusta. Y aquí tenéis el resultado; claro está, después de haberle añadido un bocadillo de texto imaginando lo que este personaje podría estar pensando y colocándole un gorrito de Papá Noel, propio de estas fechas.
Voy a aprovechar esta entrada para desear a quienes siguen y leen este blog que pasen una feliz Navidad, que tengan un próspero año nuevo y que todas las imágenes que vean el próximo año sean como las de este feliz transeúnte.
Entonces, me ocurrió algo que puede ser comprensible para el que haya hecho fotos alguna vez. Un transeúnte se interpuso entre mi objetivo y la escena que quería captar. Hasta aquí todo correcto, esto es algo que suele ocurrir. El caso contrario es que se detenga ipso facto a la espera de que termines de ejecutar tu acción. Pero lo que no podía imaginar, en ningún caso, era encontrarme con la mirada de un individuo clavada en mi objetivo y con una sonrisa de oreja a oreja que se percibe perfectamente, a pesar del desenfoque gaussiano que le he aplicado encima del que, de por sí, ya tenía.
Mi primera reacción fue enviar la foto a la papelera, pero enseguida fue tomando fuerza la idea de utilizarla para el ejercicio de la ilustración, que tanto me gusta. Y aquí tenéis el resultado; claro está, después de haberle añadido un bocadillo de texto imaginando lo que este personaje podría estar pensando y colocándole un gorrito de Papá Noel, propio de estas fechas.
Voy a aprovechar esta entrada para desear a quienes siguen y leen este blog que pasen una feliz Navidad, que tengan un próspero año nuevo y que todas las imágenes que vean el próximo año sean como las de este feliz transeúnte.
Mis mejores deseos para estas fiestas y para el resto de días, que los buenos deseos para los amigos no se limitan a unas fechas del calendario. Cuidado con las comilonas, los turrones y todo lo que acompaña estos días :D
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