Cuando la luz dibuja

“Paisaje blanco con artista escondido” es una obra realizada en madera de contrachapado. No recuerdo exactamente cuándo la hice, pero debió ser, según mis propios cálculos, en la tarde de un domingo insulso del año 2000. Fue un fallo por mi parte no fecharla. El día que quiera organizar este caos voy a tener un serio problema, pues en mis obras no hay hilo de continuidad ni orden ni concierto. Dicen que esto puede ser un síntoma de inmadurez artística, en cuyo caso no representaría un problema para mí. El verdadero problema es que me da exactamente lo mismo. Es más, no hago ni voy a hacer propósito de enmienda, al menos de momento.
Formón (Artilugios e imágenes)
Este trabajo podría clasificarse dentro de la disciplina del relieve, que, a su vez, se encuentra bajo el paraguas de la escultura. Todavía tengo muy recientes las fotos que hice en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida con buenos ejemplos de lo que es la escultura y, en el caso que me ocupa, el relieve. Cito, por ejemplo, el sofito de arquitrabe, aunque con una clara diferencia entre este último y mi relieve: mientras el sofito podría definirse como el arte de ir quitando (con un cincel), mi relieve se definiría como el arte de ir poniendo o, mejor dicho, el arte de ir recortando chapas de madera e irlas montando sobre varios niveles.
Paisaje blanco con artista escondido (Artilugios e imágenes)
El resultado es lo que veis, y lo que se ve, varía en función de cómo le incida la luz. Los dos están capturados con la misma luz ambiente; pero el de la izquierda, además, tiene un foco de luz directa, lo que le hace ser sutilmente diferente del que está en la derecha de la foto. Por tanto, podemos afirmar que tendremos tantos relieves como distintas fuentes de luz haya. En otras palabras, la luz dibuja.

Otro trabajo en esta misma línea, lo compone “Proyecto para mural”, cuyas fotos, junto con las anteriores, podéis ver en la siguiente presentación. Como su propio nombre indica, se trata de un proyecto que tuve que hacer como ejercicio de fin de curso en mi primer año en la Facultad de Bellas Artes. Está ideado para cubrir una superficie de 5 m X 3,21 m. Podría ir destinado, por ejemplo, como elemento decorativo en un aeropuerto (se me ocurre, el de Almendralejo), en un edificio público, etc. La única cuestión que dejé en el tintero fue lo relativo a los materiales a emplear.


Por último, quisiera comentar que todavía tengo entre manos algún trabajo más de este tipo que espero mostrar próximamente.

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